martes, 31 de enero de 2012

¿Estamos locos, Elling?

Dos personas con trastorno mental que reciben la oportunidad de salir del centro en el que estan internados para compartir un piso protegido y descubrir si son capaces de retomar su vida. Esta es la propuesta de la que parte "Elling", obra de teatro basada en la película noruega del mismo nombre. A partir de aquí, el rumbo podía ser múltiple, pero cuesta imaginar una mejor manera de navegar que la que nos regalan Carmelo Gómez y Javier Gutierrez, bajo la dirección de Andrés Lima. Por que las risas acompañan todo el viaje pero sin descargar de ternura y humanidad a los dos protagonistas, sin rebajar tampoco el drama interno que les recorre continuamente. Así, al final de la obra, personalmente pude decir que reí como nunca, y que al mismo tiempo me emocioné con la valiente gesta de esos dos valientes que luchan por hacerse con el timón de su propia vida.

Una gozada. Hasta finales de febrero en Madrid. A no perdérsela...





lunes, 30 de enero de 2012

¡Tod@s (l@s pobres) a la cárcel!

Ya que parece que el Ministerio de Justicia está bastante animado a hacer (o deshacer) cambios en la legislación española, no estaría desde esta instititución se visitara la página de Otro derecho penal es posible, prestando especial atención a los mitos del sistema penal español, en la que revisan (y desmontan) algunas de las construcciones sobre cómo funciona éste: que si es sistema español es más benevolente que otros (cuando es de los más represivos de Europa), que si habría que instaurar la cadena perpetua (cuando existen de hecho condenas a prisión perpetua en el Estado español y, en algunos casos, por la imposibilidad de su revisión, es más estricta que otros Estados que sí la tienen en sus Códigos)...

Pero sobre todo lo que merece la pena revisar es la confusión que existe entre politica social y política penal. Porque en nuestro país, frente a la escasez de recursos e inversiones sociales (estamos a la cola de Europa en este campo), se ha apostado por la política penitenciaria como manera de manejar los problemas sociales.Ahí van algunos datos que lo muestran con claridad:

  • La tasa de criminalidad en España ha bajado en los últimos 20 años y es bastante más baja que la media europea (46,7/1000 habitantes frente a 70,4/1000 habitantes, y en otros países como Gran Bretaña y Alemania es de 101,6 y 76,3 respectivamente).
  • La población penitenciaria en España se ha multiplicado por cuatro en los últimos 30 años, pasando de 18.553 personas en 1980 a 76.771 en 2009
  • El aumento de la población penitenciaria no ha sido causada por un aumento de los delitos, sino por cambios en la ley: El Código Penal de 1995 eliminó la redención de penas; en 2003, se  produjo la tipificación de más delitos y se dificultó el acceso al tercer grado; después llegó el endurecimiento de las penas por maltrato y por delitos al volante.
  • La mayor parte de los que están cumpliendo pena de prisión lo hacen por delitos contra el patrimonio (robos) o contra la salud pública (drogas): el 66% de los hombres y el 81% de las mujeres. No se trata de los delitos de los que más se habla (asesinatos, terrorismo, etc.)
  • Hay una estrecha relación entre exclusión social y control penal:
    • Cada vez hay más población penitenciaria con enfermedad mental severa (se pasa de las políticas sanitarias a las de seguridad ciudadana)
    • Hay una importante correlación entre bajo nivel educativo y situación de prisión.  También se relaciona el bajo nivel educativo de los padres y la baja cualificación profesional.
    • Much@s pres@s provienen de familias numerosas (hasta el 80,5%, y un 44,3% de familias con 5 o más hermanos)


De todas maneras, hay que reconocer que no es mala idea que el Ministerio de Justicia se ocupe de las desigualdades, la pobreza y la exclusión social. No dejan de ser fruto de las injusticias de base sobre las que se asienta nuestra sociedad. Pero en vez de atacarlas, se dedica a reforzarlas a través de un sistema penal que machaca aún más al que menos tiene.

¿Algún día conseguiremos cambiar esto?

Construyendo paz

Fue mucho y muy interesante lo compartido a lo largo del coloquio "La misera es violencia: romper el silencio, buscar la paz" que culminó con la presentación en la UNESCO de los frutos de este trabajo de investigación de 3 años a nivel internacional. Tuve la suerte de poder participar en esta jornada, y así asomarme a descubrir algo de lo que se había vivido y compartido en los días previos. Sobre todo, me quedo con la sensación de que cada un@ de l@s participantes daba la impresión de estar en "su" sitio, es decir, de haber podido comprender el proceso que les había llevado hasta allí, entender cuál podía ser su aportación y lo valiosa que esta era y ser capaces de, a partir de ésta, dialogar con otr@s. Lo cual no es moco de pavo cuando hablamos de personas habituadas a quedar siempre al margen, invisibles, por el hecho de vivir en la pobreza.

A lo largo del día se fueron amontonando en mi libreta muchas de las palabras e ideas que se compartieron, conformando una especie de camino lleno de luces y sombras que invita a ponerse en marcha al tiempo que avisa del reto que esto supone. Y no puedo resistirme a recoger aquí tambien algunas de las certezas e interrogantes que se lanzaron al aire en esta jornada.

  • "La miseria mata más que todas las guerras del mundo. ¿Dónde están los Consejos de Seguridad que se ocupan de estas personas?"
  • "Tú sabes que puedes aportar, pero necesitas el reconocimiento y el apoyo de otros. Sin embargo, lo que se nos propone a los pobres son obligaciones, somos como objetos depositados en los márgenes de las ciudades"
  • "Los esfuerzos para ser reconocidos como ser humano te consumen cada día un poco más. Se les niega su derecho a existir"
  • "Los pobres, si guardan silencio, son considerados como gente que no quiere cambiar. Si hablan, son considerados agresores. Se nos trata como enemigos"
  • "Queremos que nos vean como a ellos... Como seres humanos"
  • "Los pobres se ven condenados a aceptar proyectos que no tienen en cuenta sus necesidades"
  • "Si nos preguntan cómo vivimos el conflicto (hablando de la guerra en Guatemala), contamos nuestro sufrimiento. Si nos preguntan cómo salimos adelante, contamos otras cosas... Si preguntan siempre por donde nos duele, no van a saber cómo somos cuando reímos"
  • "Mientras sigamos tomando la pobreza desde aspectos parciales, los más pobres cada vez lo serán más, y los más ricos buscarán más medidas de seguridad (...) (Quienes viven en la pobreza) no quieren políticas específicas para la pobreza, sino una reorganización social y económica que aproveche su inteligencia"
  • "La crisis más importante ahora mismo es la crisis de la construcción del conocimiento, que impide el reconocimiento y la construcción común."
  •  "No luchar contra, sino construir la paz"
  • "El cruce de los saberes no es una metodología nueva, es una apuesta ética y política"

miércoles, 25 de enero de 2012

La miseria, la violencia

Tras cuatro años de trabajo, esta semana culmina el proceso de investigación-acción-participación sobre la extrema pobreza como violencia. Un proceso en el que se han implicado personas de los cinco continentes y de diferentes posiciones sociales. Concluye con la celebración del coloquio "La miseria es violencia: romper el silencio", que ya ha comenzado, y la presentación pública de las conclusiones de este trabajo en la sede de la UNESCO, en París, este jueves 26 de enero.

Tendré la suerte de poder asistir a esta jornada, y ando con ganas de saber más, de aprender a mirar de manera más profunda la realidad de la pobreza que castiga a tantas y tantas familias.

Por de pronto, comparto dos textos que creo que dan bastante luz sobre el porqué es tan importante este enfoque. Uno fue elaborado por un grupo de familias de Haití, y ha servido para lanzar la propuesta de trabajo desde hace unos meses:

“Cada vez que te levantas
sin saber a dónde irás,
sin tener con qué dar de comer
a tus hijos, eso es violencia.
Cada vez que te ves obligado a
pelearte para defender lo poco
que posees, eso es violencia.
Cada vez que tienes que bajar
la  cabeza,  cerrar  los  ojos,
guardar silencio, pretender que
no entiendes, eso es violencia.”

El otro es el resumen de la primera jornada del coloquio, llena de recordatorios fundamentales:

"¡Basta ! Quienes hablan de la miseria son siempre los mismos.

Hay que transformar nuestra manera de reflexionar sobre la miseria, fue el llamado lanzado a los participantes de la primera jornada del coloquio internacional titulado Violencia y banalización de la miseria. Este encuentro fruto de tres años de trabajo y de siete encuentros regionales, busca abrir una brecha en el esquema tradicional para pensar la miseria. Una visión, hasta hoy dominada por el enfoque individual de la investigación occidental.

“No podemos seguir dejando que hablen solo los que saben”, es el mensaje que nos llegó en quechua desde Perú. El considerar las personas que viven la miseria como fuente de información solamente, sin escucharlas verdaderamente es violencia. Es necesario crear un cruce de los saberes entre quienes investigan la miseria y quienes la viven. Es urgente restablecer el equilibrio y reconocer quienes viven la miseria como actores de conocimiento.

La violencia de la miseria es trivializada cuando las leyes no reconocen los derechos fundamentales, “el hecho de no tener derecho legitima las violencias” se revuelta Lala Arabian, directora ejecutiva de la ONG libanesa “INSAN Association”, al hablar de los trabajadores domésticos inmigrantes que viven un régimen de servidumbre que los expone a toda las injusticias posibles. Esto nos puede parecer claramente reconocible como violencia, pero también hay violencia cuando los servicios sociales no ven el sufrimiento de las familias cuyos hijos les son retirados y que no tienen derecho a expresar el amor, la tristeza y el combate que libran para recuperarlos. Moraene Roberts, militante de ATD Cuarto Mundo Reino Unido, ha sido testigo de ese sufrimiento: “no tienes derecho a decirles que los quieres, no puedes llorar, porque es manipulación”.

Durante esta primera jornada, distintos grupos de trabajo se constituyeron para profundizar las ideas expresadas durante la apertura. Muchos se preguntan ¿Cómo hemos hecho para que exista esta violencia? En una dinámica particular para buscar una responsabilidad común de la sociedad en la violencia de la miseria. ¿Cómo podemos sorprendernos de la brutalidad de la miseria sólo cuando ella mata, olvidando la brutalidad de las violencias cotidianas que viven miles de personas?

Una pista propuesta por los participantes es el lenguaje, devolver el respeto a las personas que viven la miseria. Un ejemplo español: al decir en las estadísticas que las personas sin hogar muertas en la calle, y que no han sido asesinadas, mueren por causas naturales (accidentes, enfermedades), faltamos a la verdad. Quienes son testigos de esta situación se indignan, pero quienes la viven son insultados."

martes, 24 de enero de 2012

Risa Rota

Un poco de luz, por favor...


 

El delito de ser pobre

¿Qué es ser pobre? No tener recursos materiales ni económicos suficientes, depender de la asistencia de otr@s, no ver reconocida tu dignidad como persona...

Estas y muchas otras son respuestas que se pueden escuchar dependiendo a quién se pregunte. Pero si la cuestión se plantea a las autoridades municipales (y de ahí para arriba...) de este país, la respuesta es bastante más concisa: ser pobre es ser un/una delincuente.

Porque dormir en la calle puede acarrear multas de hasta 500 euros en Barcelona (alguno lleva hasta 100 multas acumuladas, y es que claro, no es tan fácil dejar de reincidir), donde también se castiga la recogida de cartón (aprovechando para criminalizarla, dejando claro que se trata de mafias que roban ese bien preciado que es la basura. Puede que las haya quizás, pero no solo... Muchas son las familias que sobreviven gracias a esta actividad y ahora acumulan multas y multas, como explica Quart Mon. Efectivamente, se lo arrebatan a las empresas a las que el Ayuntamiento ha concedido la licencia para reciclar... y cobrar por ese monopolio). Para no quedarse atrás, en otros lugares tratan de "modernizarse" en esta lucha contra el pobre. Así, en Madrid por "robar" comida de la basura se puede recibir una multa de 750 euros, y en Navarra, aunque parece que todavía no lo aplican, ya la legislación apunta en la misma línea...

Esta semana se celebra en París un coloquio internacional sobre "La miseria es violencia: romper el silencio". Mientras, la espiral de empobrecimiento y criminalización sigue en aumento. ¿Hay mayor violencia?

viernes, 20 de enero de 2012

¿Alguien se hace cargo?

El Ayuntamiento de Madrid acaba de terminar un informe sobre la situación de la parte de Cañada Real perteneciente al municipio. Y, según la noticia que aparece en El País, parece que no hay mucha claridad sobre qué hacer con sus habitantes, que según el censo son 5004 personas. Se habla de dar soluciones individualizadas, legalizando algunas zonas, donde esto es viable, y derribando otras. Pero sobre todo, protegiendo los presupuestos municipales, no vaya a ser que se engorde la deuda de la M-30 con gastos destinados a proporcionar vivienda digna a familias que no tienen posibilidad de acceder al mercado inmobiliario.

De hecho, el párrafo final del artículo genera muchas preguntas:

"El resto del asentamiento (incluido el área de influencia) se tiraría abajo para hacer zonas verdes, realojando a sus pobladores. Son 709 parcelas, 1.292 viviendas y 4.464 personas (el 47%, gitanos; el 23,5%, magrebíes). “Al menos un 40% de familias deberían resolver por sí solas su necesidad de vivienda. Al resto se las realojaría, siempre y cuando cumplan los baremos habituales en este proceso."

 Es decir, que se realojará a poco más de la mitad de la población, siempre y cuando cumplan los requisitos, lo cual dejará a unas cuantas familias fuera (de hecho, a lo mejor esa es la razón de que vivan en Cañada Real, el no tener acceso posible a vivienda protegida). Y las demás... que se busquen la vida, como llevan haciendo desde siempre.

Y es que sólo hay que ver lo ridículo del porcentaje de vivienda social en España (un 1% del total de viviendas, frente al 35% en Holanda) para ver que es un tema del que nadie se ha querido (y siguen sin querer) hacerse cargo. 


jueves, 19 de enero de 2012

Creer para crear

Del interesante artículo de Fernando Guerrero "La vaca sagrada de Wall Street", recojo sus primeros párrafos, una verdadera invitación a no dejarse atrapar por los imposibles... de hoy:

"La primera piedra de la Basílica de SantaMaría del Fiore fue colocada en 1296, la última en 1469. Giotto casi logró terminar el campanario mayúsculo antes de morir; Andrea Pisano tuvo que interrumpir la continuación de la obra a causa de la peste negra entre 1347 y 1353.

La construcción de la cúpula octogonal se demoró aún varias décadas: nadie sabía cómo acometerla. El arquitecto de los planos originales, Arnolfo de Cambio, había imaginado la cúpula más grande de la cristiandad con la esperanza de que el futuro, y no él, se encargaría de levantarla.

Para este propósito tuvo lugar en 1419 un concurso de arquitectos en Florencia. Ganó el modelo de cúpula presentado por Filippo Brunelleschi, pero no sin controversia ni el sarcasmo de su máximo competidor: Lorenzo Ghiberti. Al parecer, la maquinaria elevadora necesaria para llevar a cabo el proyecto debía asimismo inventarse. Como Arnolfo de Cambio, Brunelleschi volvía a apelar a la capacidad del tiempo para proveer soluciones, a la idea de que toda creación ha de nacer primero en la imaginación o de que lo imaginable ya es de alguna manera existente.

Sabía que sin docta ignorancia, sin la ceguera que palpa, aferrados sólo al archivo de lo conocido, nos condenamos a la repetición infinita y estéril de lo ya vivido. Crear es creer en que algo acabará sucediendo a condición de que uno no se limite al horizonte ya interpretado: no saber aún lo que somos.El futuro llegó en 1469 y, Brunelleschi muerto, la cúpula de la Basílica fue rematada con una grúa diseñada por Leonardo da Vinci.

170 años fueron necesarios para construir una estatua de lo imposible."

martes, 17 de enero de 2012

¿Retrasada?

Concluyendo el libro de "Cojos y precarias, haciendo vidas que importan", aparece la traducción al español de un video de Amanda Baggs, una mujer con autismo que es capaz de comunicarse tecleando en un ordenador (otro vídeo suyo que merece la pena ver es "In my language").

El título es "En torno a ser considerada retrasada". Una aportación necesaria para que nos replanteemos hasta donde llega el "ser persona".




Copio acá la traducción del texto:


"La gente me suele preguntar cómo se vive al ser considerada retrasada o al estar atrapada en un cuerpo aparentemente retrasado.

En Youtube hay gente que llama retrasadas a personas que tartamudean o tienen parálisis cerebral y he visto reacciones de indignación que rechazaban esa acusación de retraso.

A mí me han llamado mongola y me han dicho que deberían haberme ahogado cuando nací. Que avergüenzo a mi familia y a mis amigos.

Este vídeo trata de lo que supone ser vista como retrasada aunque probablemente no va a ser como ustedes creen. Empezaré con una cita de Dave Hingsburger:

Cojos, precarias, independencia y autonomía

Durante tres años de reflexiones y encuentros entre mujeres dispuestas a abordar la precarización de la existencia cotidiana y personas con diversidad funcional que luchan contra su encasillamiento como incapaces, se fue tejiendo el cuaderno de "Cojos y precarias, haciendo vidas que importan". Se trata de un documento imprescindible, sobre todo para personas del ámbito sanitario, por la riqueza del cruce entre personas con experiencias y puntos de partida tan diferentes, lo que hace que temas como los cuidados, la asistencia, la independencia y la autonomía se entiendan y vivan de maneras muy diferentes. Es ahí, en ese cruce al que nos invitan a asomarnos a través del libro, donde es posible que cada uno se una a este proceso de reflexión y aprendizaje colectivo.

Como siempre, ahí va una pequeña muestra:

"La interdependencia es una relación entre iguales y, como cualquier otra relación entre iguales, exige negociación, acuerdos, sujeción a necesidades y deseos de unos y otros. La interdependencia es una pelea individual porque exige cambiar profundamente nuestro imaginario. Pensar que pedir puede convertirse en una oportunidad de intercambio en vez de ser algo de lo que avergonzarse, creer que dar no tiene por qué ser un lugar de poder sino otro lugar desde el que recibir. Intuir que entre dar y recibir no hay, en todo caso, tanta diferencia.

(...)

La dependencia no es sólo recurrir a otros para completar (una carencia, un alquiler...), sino contar con otros para compartir […] poner mi propia opinión en discusión, hacer el esfuerzo de ponerte en el lugar del otro y que esto ponga en cuestión y remueva ideas que tenías muy, muy claras…

(...)

Ésta es una cuestión en la que habría que ahondar. Miedo y fragilidad. Amanda comenta en su blog cómo el «miedo a la discapacidad  no es lo que parece». Ella y su amiga,  ambas con diversidad funcional y una serie de dolencias a corto y largo plazo, dicen no temer al dolor, ni a la enfermedad, ni a los diagnósticos devastadores, ni a la discapa-cidad cognitiva o física. Sus biografías del cuerpo les han hecho colo-car el miedo y rechazo en otro sitio: miedo a la institucionalización, a la infantilización, al aburrimiento por ser tratadas como un mueble, a que sus familiares les quieran tanto que decidan matarlas para evitar-les el sufrimiento... Cuando el miedo se coloca en lo evitable y no en lo inevitable, nos queda esperanza y vías para luchar.

(...)

Nuria: Me parece que cuando ya no te lamentas de lo que no eres, de lo que no tienes, de lo que has perdido, empiezas a vivir como quieres ser, es la única manera. Y tiene que haber un click. Cuando la enfermedad es una cosa más pero no el centro en torno al cual gravita todo, cuando deja de ser el eje de tu vida, es cuando puedes hacer otras cosas. Yo lo vivo como un pulso constante contra las limitaciones de mi propio cuerpo… es muy cansino, a veces quisiera poder aparcar la lucha por la asistencia cotidiana, por la supervivencia.

Marisa: Pero siempre hay algo que tienes que aparcar. Por ejemplo, la gente sin papeles lo que baraja en su día a día es comer, no estar en comisaría, no ser deportado. Quiero decir que mucha gente se juega bastante en lo cotidiano y lo aparca para ir a una reunión, para pelear con otros. Siempre estás aparcando algo, porque si no lo haces, no te puedes juntar con otros para que lo que aparcas deje de ocurrir."

lunes, 16 de enero de 2012

Las cuentas claras (y V)

Una de las razones por las que se hacen imprescindibles medios como Público, ahora en riesgo, es por ofrecer explicaciones claras y necesarias que ayudan a ver la realidad actual con más claridad. Para que no nos sigan engañando... Ni presentando como obligatorias soluciones que responden a voluntades políticas claras, como en la revisión de cómo ajustar 40.000 millones sin tocar el Estado del bienestar, ni presentando como crisis lo que en realidad es una estafa, como nos recuerda Isaac Rosa en el artículo que copio a continuación:





Propone Mark Taibbi en Cleptopía que a la crisis la llamemos por su verdadero nombre: estafa. Que dejemos de ver la crisis como un problema económico o financiero, y empecemos a tratarlo en términos penales, policiales. Que no hablemos ni siquiera de banqueros e inversores codiciosos, sino de banqueros e inversores criminales. Y que no digamos que somos víctimas de la crisis, sino de un robo.

Hago la prueba: cojo varias frases habituales y les aplico el cambio semántico. En vez de “Es la peor crisis en décadas”, lo dejo en “Es la peor estafa en décadas”. En lugar de “La crisis obliga a medidas dolorosas”, “La estafa obliga a medidas dolorosas”. Y no digo “La crisis exige reformas”, sino “La estafa exige reformas”. Incluso al “contrato de crisis” que se avecina lo llamo “contrato de estafa”. Pues sí que se ven las cosas de otra manera con el método Taibbi. Con más rabia.

Lo que propone el libro no es un capricho: Taibbi analiza al detalle el origen de la crisis y demuestra cómo el mundo financiero y la política económica mundial cayeron en manos de una clase delincuente que buscaba forrarse al precio que fuese, aunque ese precio incluyese hundir la economía mundial. Su denuncia de los manejos de Goldman Sachs (esa cantera de dirigentes para Estados Unidos y Europa) es como para presentarse en comisaría con un ejemplar del libro.

No es el único cambio de vocabulario que propone: Taibbi escribe sin guardar las formas, como su furia le dicta, y en vez de decir “el banquero Lloyd Blankfein” prefiere escribir “el gilipollas Blankfein”; o en vez de referirse a Greenspan como “el ex presidente de la Reserva Federal” lo identifica como “el mayor capullo del universo”. Suena a desahogo sin más, pero hagan la prueba de llamar a su antojo a algunos dirigentes y financieros de este lado del Atlántico, y verán como tampoco es lo mismo.

Cleptopía describe un mundo financiero asimilable a la mafia y el narcotráfico, con gobernantes al servicio del crimen que hicieron de Estados Unidos, y por extensión del resto del mundo, un paraíso para ladrones: una cleptopía.

martes, 10 de enero de 2012

Menos, es menos...

Para completar la anterior entrada y el bosquejo de las ansias manipuladoras que gobiernan la Comunidad de Madrid, basta con dos imágenes que tratan de completar la escasa información que ofrece la nueva campaña omnipresente del Metro de Madrid. Porque, casualmente, faltan datos del precio de los billetes en otras ciudades, y también información sobre los salarios para contextualizar y ver el esfuerzo relativo que representa en cada lugar...





Las cuentas claras (y IV)

Muchas veces merece la pena pararse en los detalles para poder asimilar bien la información. Y eso pasa, por ejemplo, frente al maremagnum de cifras y datos económicos que nos llueven continuamente por todos lados, aturdiendo más que otra cosa.

A mí, en concreto, me ha resultado muy útil revisar la información que recopila el CAS sobre lo que ha ocurrido con los nuevos hospitales construidos en Madrid en los últimos años.Creo que clarifica bastantes cosas que merece la pena resaltar:
  •  Cómo se utiliza la excusa del "no hay dinero" para derivar inversiones hacia el sector privado (la inversión de las empresas constructoras en todos los hospitales ha sido de 840 millones; el gasto en publicidad institucional de la CAM en los últimos 4 años, 731 millones. No hay tanta diferencia, ¿no? No hay más que ver la nueva campaña del Metro de "Más por menos").
  • Con el pago anual que se hace a las empresas constructoras desde el 2007 ya se ha cubierto la inversión de éstas, que además cuentan con ingresos de parking, cafetería, etc., Es decir,que todo lo que siga viniendo de año en año hasta un mínimo de 30 años, serán beneficios. 
  • Un negocio redondo, ¿no? Cogiendo por ejemplo el del Nuevo Hospital de Móstoles (Capio S.A.), aún sin inaugurar, vemos que su coste ha sido de  232  millones  de  euros, y recibirá  este  año  71,5  millones,  y  en  30  años  un mínimo de 2.900 millones. Es decir, más de diez veces lo invertido. 
Así, cerca del 9% del presupuesto en Sanidad se va al pago de estos 13 nuevos centros. ¿De dónde habrá que recortar para poder pagar a las constructoras?

Merece la pena leer el artículo completo, la verdad. En nuestras mismas narices nos andan robando (estos dineros son de tod@s, ¿no?) al tiempo que se carga contra todo el sistema público. Y ell@s, tan panch@s.

¿Se esfumó la esperanza?


 Ahora que se parece que la resignación se ha hecho con el espacio social y much@s nos preguntamos si lo del 15m quedó en un espejismo, artículos como este de Amador Fernández Savater son más necesarios que nunca. Lo copio tal cual porque no tiene desperdicio (el subrayado es mío). 


 ¿Cómo se organiza un clima?


La pregunta rebota de aquí para allá: “¿dónde está el 15-M?” ¿Ha fallecido, tal y como dictaminan los medios de comunicación que sólo conceden existencia a lo que es espectacular y masivo, noticiable? ¿Se ha retirado a los cuarteles de invierno, esperando tiempos mejores (y temperaturas más altas) para reocupar su espacio natural: las calles y las plazas? ¿Se ha replegado a los barrios, fuera de la vista de los focos mediáticos y de la volátil “opinión pública”, pero construyendo al modo de las hormigas una base duradera para el cambio social?

A la comisión de Extensión Internacional de Sol, que tuvo un papel relevante en la preparación del 15-O, no le satisface ninguna de las respuestas, así que se ha declarado en huelga (!), invitando a detener la producción (los activistas también producen: activismo) para pensar a fondo lo que a su juicio es una crisis de la estructura organizativa del 15-M. En su declaración llaman la atención sobre tres problemas particularmente: la bajísima participación actual en asambleas y comisiones, la dispersión y división interna, y la burocratización de los comportamientos (automatismos, falta de imaginación).

Me gusta el gesto: se atreve a interrumpir y pienso que si no hay discontinuidad no hay creación, sólo inercias y repetición. No tengo ninguna solución que ofrecer sobre cómo podrían funcionar las cosas de otra manera. Pero voy a tratar de contribuir con algo (un poco general y abstracto, que es lo mío) sobre los problemas que apunta Internacional, por si acaso leerlos de otra manera ayuda a ensanchar el campo donde podemos encontrar respuestas concretas.

Vida y política

¿Dónde se han metido todas las personas que poblaron plazas y asambleas en primavera? ¿Se han vuelto desafectos al 15-M, son incapaces de un compromiso duradero, están ahora resignadas a su suerte? Creo que no. Sin ningún estudio a mano, generalizando simplemente a partir de los casos que conozco personalmente y de la observación de mí mismo, pienso que en general la gente ha vuelto a hacer su vida.

Las semanas de acampada en Sol fueron un tiempo excepcional, pero resulta muy complicado habitar una excepción. O sólo puede hacerlo gente fuera de lo normal: por ejemplo, los activistas, los que hacen de la política el centro de su existencia. Pero si en una asamblea o en una comisión se quedan sólo los (viejos o nuevos) activistas tenemos un problema, porque sus modos de hacer convocan y acogen sobre todo a otros activistas. Y sin menospreciar ni mucho menos su papel, me parece muy claro que la fuerza del 15-M -y algunas de sus invenciones más preciosas- no vinieron del activismo (al principio se oía a muchos militantes de toda la vida confesar, con mayor o menor alegría, “estamos completamente desubicados”), sino de personas sin experiencia política previa y gente cualquiera. La profesionalización de la política (también la activista) vacía los espacios comunes. Pasa lo mismo cuando una comisión o una asamblea se convierte en un grupo de amigos: la autorreferencialidad de los códigos y los rituales, por mucho confort y bienestar que nos ofrezca, va expulsando a todos los diferentes. Nos queda un simpática tribu, pero no un espacio político.

La vida hoy, en condiciones de inestabilidad y precariedad, nos exige el esfuerzo de hacer y rehacer constantemente todo. Hay pocas cosas que podamos considerar ya dadas: trabajo para toda la vida, casa para toda la vida, amigos para toda la vida, familia para toda la vida, amor para toda la vida, compromisos y convicciones para toda la vida, etc. De hecho, hoy no sufrimos tanto por vivir una vida demasiado hecha, como por no poder hacernos una vida. Los males contemporáneos tienen mucho que ver con la incertidumbre, la inseguridad, la dispersión, la pérdida del sentido, etc. Hacemos equilibrios todo el rato y las pelotitas con las que jugamos están siempre a punto de caerse. Si sostener vivas las relaciones afectivas o el sentido de un pequeño proyecto nos supone ya un esfuerzo agotador, ¿cómo sacar tiempo para implicarnos además en asambleas y comisiones?

El problema no son los activistas ni los grupos de amigos. El problema es la dificultad que tenemos para inventar formas de hacer política que estén a la altura de las personas y no al revés. Una política habitable para el 99%, no sólo para los activistas. Lo personal se desliga de lo colectivo cuando no somos capaces de inventar engarces entre modos de vida y modos de lucha. Entonces lo político se vacía y muere.

Pero “volver a hacer su vida” es una mala expresión. Porque después de pasar por las plazas no se vuelve igual, ni por tanto se vuelve a la misma vida. Paradójicamente, volvemos a una nueva vida: tocada, atravesada, afectada por el 15-M. ¿Qué ha hecho cada cual con esa afectación? Si crear es dar sentido, forma o figura a un cambio existencial para que no se pierda o se volatilice, ¿qué hemos hecho cada uno con lo que el 15-M ha hecho de nosotros? Me parece que ahí hay una investigación apasionante por emprender. ¿Qué aprendimos, qué descubrimos y cómo lo hemos incorporado a la vida cotidiana? ¿Qué nos llevamos del 15-M y cómo podríamos devolver algo? Hay proyectos en marcha como Robo, 15M.cc o Bookcamping en los que personas involucradas en la música, el cine o la edición se replantean su trabajo cotidiano a partir del 15-M y tratan de aportar algo de vuelta a lo común. Por las plazas pasaron también (trabajen de ello o no) maestras, enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos, informáticas, estudiantes, periodistas, ¿en qué sentido se ha visto alterada su mirada, su práctica y su estar en el mundo tras el encuentro con el 15-M? Esos cambios micro son sin duda la base de la próxima ola.

miércoles, 4 de enero de 2012

¿En año decreciente?

 Para empezar el año, y ya que por todos lados se habla del crecimiento como el gran totem para resolver todos nuestros problemas, no está de más leer a uno de los que más ha escrito sobre decrecimiento, Serge Latouche

Decrecimiento, te guste o no


Los partidarios del decrecimiento escuchan a menudo cosas como "¡el decrecimiento ya está teniendo lugar!". Es un poco apresurado. Nuestro crecimiento puede ser débil, pero todavía no hemos entrado en crecimiento negativo. Con un PIB demil billones de euros, un 1% de crecimiento sigue siendo diez billones, lo que equivale al 10% del PIB de un país con sólo cien billones de euros (niveles en los que se mueven los países del Sur). Esto sigue siendo demasiado para la regeneración de la biosfera. Pero, lo que es más importante, un proyecto de sociedad de decrecimiento es radicalmente diferente al crecimiento negativo. Lo primero sería comparable a un austero tratamiento al que nos sometemos voluntariamente para mejorar nuestro bienestar ante la amenaza de la obesidad por un consumo excesivo. Lo segundo sería una dieta forzosa que nos puede matar de hambre. Se ha dicho una y otra vez: no hay nada peor que una sociedad de crecimiento sin crecimiento.

Sabemos que si el crecimiento simplemente se ralentiza, nuestras sociedades se sumen en la confusión por causa del paro, el aumento de la brecha entre los ricos y los pobres, el descenso del poder adquisitivo de los más pobres de la sociedad y por el abandono de los programas sociales, sanitarios, educativos, culturales y medioambientales que aseguran un mínimo nivel de vida. Si tenemos que cambiar de dirección, este será el retroceso social y cultural al que nos tendremos que enfrentar. En una conferencia de 1974 titulada Su ecologismo y el nuestro, André Gorz afirmó: "Esta caída en el crecimiento y la producción que hubiera podido ser buena en otro sistema (menos coches, menos ruido, más aire, jornadas laboralesmás cortas, etc.) tendrá efectos completamente negativos: la producción contaminante se convertirá en un producto de lujo fuera del alcance de las masas, aunque seguirá estando al alcance de quienes se lo puedan permitir; las desigualdades crecerán, los pobres serán relativamente más pobres y los ricos, más ricos".

El decrecimiento tan sólo puede tenerse en consideración en una "sociedad de decrecimiento", es decir, como parte de un sistema basado en otra lógica. La alternativa es, por tanto, decrecimiento o barbarie.

(Seguir leyendo)