miércoles, 2 de enero de 2013

Declaración constituyente

Hace unos meses se publico un interesante libro-panfleto de Hardt y Negri, "Declaración", en el que hacen una relectura a mi parecer bastante interesante sobre los movimientos  sociales "de las plazas" del 2011, colocándolos en una perspectiva constituyente que puede ayudar a entender las vías que se han abierto a partir de ellos. Acá va una muestra:



"Consideramos.constituyentes las luchas que se colocan en el terreno del común y que no solo expresan su necesidad urgente, sino que también trazan el camino para un nuevo proceso constitucional. Algunos de los padres fundadores franceses y americanos, sobre todo Nicolás de Condorcet y Thomas Jefferson, defendieron que cada generación debe crear su propia constitución. Es con arreglo a ese principio como hoy debemos comprender la drástica ruptura que se determina entre las instituciones constitucionales existentes y las necesidades democráticas que exige el sentido co­mún. Como nos enseña la tradición, cuando una larga serie de abusos y usurpaciones que persiguen siempre el mismo objeto ponen de manifiesto un propósito de sumir a aquellas en el despotismo absoluto, es nuestro derecho y nuestro deber derrocar a ese gobierno y proporcionar nuevas salvaguardias para nuestra seguridad futura. De esta suerte, hoy las luchas presentan, ante todo, características destituyentes antes que constituyentes. Deben destruir los efectos despóticos que ha dejado sobre nosotros y sobre nuestras sociedades el agotamiento de las viejas constituciones.

Una declaración de independencia crea la base real para un nuevo proceso constituyente. Dicho de otra manera, las luchas expresan hoy el resultado contingente de conflictos políticos así como un acóntecimiento, un desbordamiento del deseo y una propuesta política. El sentido común que habita en los corazones y en las cabezas de los sujetos que llevan a cabo las luchas e imaginan una nueva socie­dad tiene un valor prescriptivo y la potencia de generar, animar y regular nuevas formas de vida. Declarando su independencia respecto al Ancien Regime, hunden sus raíces en una nueva condición ontológica y crean las circunstancias bajo las cuales pueden crecer relaciones más iguales, comunes y sostenibles. Este poder constituyente está profundamente incrustado en las luchas y estas declaraciones de derechos inalienables revelan el curso de un movimiento histórico que está alcanzando su madurez.

El hecho que estas luchas constituyentes puedan fracasar a corto plazo no desbarata este proceso. Hemos sido testigos de movimientos extraordinarios que enardecieron el norte de Africa, así como varios países en Oriente Medio y la península Arábiga. En la primavera de 2011, algunos de ellos obtuvieron un rápido éxito, derrocando a gobiernos corruptos y camarillas de negocios que habían dominado con poderes tiránicos y con la ayuda de los antiguos amos coloniales. Pero en todos los países que entraron en la lucha, incluyendo aquellos en los que fuerzas reaccionarias obstaculizaban el camino y aquellos en los que movimientos de­mocráticos consiguieron victorias iniciales, la situación política ha vuelto a estar de una u otra manera en manos de elites conser­vadoras. ¿Significa esto, por lo tanto, que las luchas constituyen­tes fueron inútiles? Por supuesto que no. Durante esa primavera fueron afirmados principios inalienables de libertad e igualdad que podrán precisar de mayor tiempo para ser realizados plena­mente. Y, además, aquellos principios viajaron desde el Norte de Africa a España, Grecia, Estados Unidos y otros lugares. Las lu­chas han expresado nuevos derechos de un modo insurreccional, han hecho que emerjan nuevos poderes constitucionales que, aunque ahora son latentes, mantienen la presión y han arrancado el velo de la ignorancia y la dominación, la obediencia y el miedo. En adelante, cada año habrá tanto una primavera de la naturaleza como una de la política."

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