domingo, 19 de abril de 2015

La mirada larga

Una entrevista muy interesante la que hicieron en Diagonal a Marta Malo y Débora Avila, acá comparto algunos fragmentos:


"Es muy importante romper la idea de que la institución es sólo institución del Estado. En este sentido, son muy inspiradores los movimientos de renovación institucional que atravesaron algunos servicios públicos, como, por ejemplo, el movimiento de renovación pedagógica, donde maestros, familias y alumnos transformaron radicalmente algunos colegios públicos, en pugna con la Administración, reinventando el sentido de lo público y de lo escolar. Hay quien desestima estas experiencias porque las considera algo muy pequeño, pero son laboratorios de otra sociedad. No se va a acabar con el neoliberalismo, ni tampoco se va a lograr mitigar su ofensiva, por decreto del Estado: hace falta una sociedad movilizada, que esté creando otras formas de vida sostenibles, tangibles, y esa sociedad movilizada necesita de estos laboratorios.

(...)

Puedes cargarte la Lomce, la Ley Mordaza, el real decreto de exclusión sanitaria y tantas leyes aberrantes. Podrías, también, hipotéticamente, declarar la deuda ilegítima, introducir medidas que reduzcan la desigualdad, generar un marco normativo más garantista, que favorezca y proteja los bienes comunes, en fin, la lista es infinita. Pero, primero, hay que ver si te dejan, si te dejan de verdad tocar el statu quo, con qué fuerzas y alianzas cuentas para ello y a qué precio, qué componendas vas a tener que hacer por el camino. Por otro lado, gran parte de lo que se haga necesitará de movimientos vivos que lo activen, lo resignifiquen y lo sostengan, que lo doten de sentido a cada rato. Por último, cuando te si­túas en las instituciones del Estado y tu trabajo pasa a ser gestionar las más altas esferas de decisión, corres el riesgo de perder todo el contacto con los tejidos sociales. Incluso, aunque no lo pierdas, tu contacto va a estar mediado por un diferencial enorme de poder. Hay entonces todo un reto en generar mecanismos no clientelares de escucha de esos tejidos sociales, en particular, de los más excluidos, que son los que conocen de primera mano los efectos más devastadores del sistema actual. Y si no logras generarlos no te vas a enterar de nada y es muy posible que inventes soluciones con efectos muy enajenantes e incluso desastrosos. Y es muy posible también que estés demasiado ocupado en la pelea por mantener tu posición como para siquiera darte cuenta o querer ver esos efectos.

(...)

¿Cómo no alegrarse de que por fin los que nos han estado saqueando sistemáticamente empiecen a tambalearse, de que vengan otros y nos traigan un poco de aire? Pero no será un camino de flores: vienen muchos desa­fíos y hay que hacerse otro cuerpo, menos inmediatista. Hay que recuperar la mirada larga, reconectar con las generaciones pasadas y las futuras, romper con los relatos hiperindividualizados y sentirse parte de algo más grande que nosotros mismos: parte de ese hilvanarse de las acciones de hombres y mujeres a lo largo del tiempo, donde una retoma lo hecho por otros, añade, aporta y regala esa aportación a los que vienen después."

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